En la inmensidad de los días mis manos pueden acaricias horas, buceando están mis emociones, lejos de ser verdaderas.
Si tan solo desvanezco no sabré ahuyentar el más temible de los finales.
Quién podrá enseñarme cómo transitar los días sin temer al
advenimiento del oscurantismo, si las tinieblas son mis compañeras de aventura.
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