lunes, 2 de julio de 2012

Esencia

Desde el más piadoso esplendor supe contar las nubes sobre mi cabeza y desvanecer entre tantas horas de alucinaciones.
Temo que no haya más milagros en lo que me resta de vida.    

Nido

Reconoceré los pasos que preceden mi agonía,
continuaré desojando meses y años.
Me sacudirán lúgubres amaneceres perdidos entre tanto desaliento,
y bien sabré que no es el sol el que se esconde sino mi vida la que se apaga.