jueves, 17 de julio de 2008

Resistencia

[...] Vieron enrojecer mis pies después de una larga caminata, en busca de árboles primitivos...
vieron caer mis brazos abatidos del viento...
vieron enredarse mis cabellos después de dar vueltas en la tormenta...
vieron quebrarse mis huesos arrojándome al abismo.
Pero nadie notó mi alma cubierta de cenizas,
mi rostro derrumbado, mi vida deseca, mi demencia crónica.
Nadie noto que sólo era un cuerpo sin vida lo que de mi quedaba [...]

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